Un poco de historia
Mientras que los árabes consumieron café desde el siglo XV, su llegada a Europa se retrasó hasta el XVII y el producto no cruzó el atlántico hasta 1689. La introducción de la planta en Colombia se retrasó a finales del XVIII por lo que tampoco fue un país pionero en este sentido.
La consolidación de Colombia como país exportador se produjo en las segunda mitad del siglo XIX, apoyándose en la expansión económica de la revolución industrial y en el aumento de la demanda por parte de países como Estados Unidos.
Durante el siglo XX el café fue el producto primordial dentro de las actividades comerciales colombianas. En la década de 1920 este país se consolidó como primer exportador de café de la variedad arábica pero Brasil seguía, y sigue, siendo el principal productor mundial.
La calidad: ¿la clave de su éxito?
Podríamos pensar entonces que la fama del Café Colombiano está motivada por su calidad. Lo cierto es que el café de origen colombiano es muy apreciado en el resto del mundo. Cuenta con 4 denominaciones de origen nacionales (Cauca, Santander, Huila y Antioquia) y desde 2005 también con una denominación de origen otorgada por la Unión Europea.
¿Qué lo diferencia del resto de cafés?
La variedad: cultivan sólo café arábico, el más apreciado por su sabor y aroma.
Las condiciones geográficas: su clima tropical y las altas montañas son ideales para el cultivo de café.
Los procesos: mientras que Brasil apuesta por una recolección automatizada, en Colombia predomina la recolección manual que mejora la calidad del grano.